
darío de regoyos
Darío de Regoyos es un destacado pintor español. Es considerado un artista innovador para el panorama artístico español de entonces, su obra era más aceptada en Europa que en España, pero hoy en día es reconocido en toda la nación como uno de los pintores más innovadores en cuanto a la representación de la luz y de los fenómenos atmosféricos. Fue un adelantado de su época, un rebelde, trabajó a contracorriente de las tendencias dominantes en el arte español. Fue el único pintor que participó en tiempo real del preimpresionismo o esa “España negra” y saltó de sus postulados a los del postimpresionismo, dejando una hermosa huella puntillista.
Era un maestro de la luz y del color en la pintura. Como pintor, tenía una gran curiosidad por los diferentes movimientos artísticos, este hecho explica que fue capaz de dejar de lado el naturalismo para comenzar con el Impresionismo, e incluso practicar con el puntillismo y el pre-simbolismo; por lo que podemos decir, que como artista, era mucho más atrevido que otros pintores españoles como Picasso.
Nació en 1857, en Ribadesella y fue hijo de un destacado arquitecto asturiano y cuando era pequeño él y su familia se trasladaron a Madrid, donde recibió su primera formación académica en la Escuela de Bellas Artes De San Fernando.
En la escuela aprendió de su maestro Carlos de Haes y de otro más como, Enrique F. Arbós e Isaac Albéniz. Durante su formación, aprendió la técnica de pintura de paisajes al aire libre. Y realizó varios viajes al extranjero para aprender y conocer las obras de los grandes artistas de Europa.
Para continuar su formación, en 1879, se trasladó a Bruselas junto con Isaac Albéniz y Enrique Fernández Arbós. Allí, los artistas tomaron su primer contacto con la modernidad artística de Europa, y gracias a sus habilidades, Darío se convierte en discípulo de Joseph Quinaux; y gracias a su maestro, en 1880 realiza sus primeras exposiciones en Bélgica y en Holanda.
Una vez instalado en Bélgica viajó por toda Europa y conoció a pintores importantes del momento que impulsaban esas nuevas corrientes artísticas que le sirvieron de inspiración. Estas nuevas corrientes hicieron que su obra evolucionase desde el naturalismo al pre-simbolismo, y más adelante al divisionismo o puntillismo.
También ha sido influencia en sus obras autores anteriores, como Velázquez o El Greco.
París fue la meta tradicional de artistas ávidos de novedades y, aunque en la época era un núcleo activo, muchos autores impresionistas de la época buscaron nuevos rumbos.
Y en 1882 se une al grupo de L´Essor, se trata de un grupo de artistas heterogéneos, que seguían diferentes estéticas y movimientos y cuyo principal objetivo era la negación del neoclasicismo y del academicismo; ya que pensaban que si la sociedad evolucionaba en lo social y lo político, también se necesitaba una evolución en las artes.
Durante su participación en este grupo, debido a su afán por experimentar y conocer otros movimientos, comenzó a interesarse más por los artistas del Realismo lo que produjo un distanciamiento con ese grupo dos años después de su llegada.
Paralelamente a estos en 1883 aparece en la apical otro grupo de artistas llamados Les XX, este grupo estaba formado por veinte miembros que se llamaban entre ellos “veintistas” y que destacan algunos artistas como Fernand Khnopff. El principal objetivo de este grupo era realizar una exposición anual, donde cada artista representaría seis obras, y como no había un jurado, no existía competitividad entre los miembros. Darío comienza a trabajar con este grupo hasta 1888, y es influenciado por otros artistas modernos del momento.
Ese mismo año, Darío de Regoyos decide volver a España durante unos meses y se instala en Guipúzcoa. Durante este tiempo ayuda a la formación de la importante escuela artística moderna vasca; y sufre una desgracia, su padre enferma gravemente y muere repentinamente.
ESPAÑA NEGRA
Debido a la muerte de su padre, el artista escribe una carta a su buen amigo belga, Émile Verhaeren, y le invita a pasar un tiempo juntos en España. Es aquí cuando comienza su periodo de la “España Negra”. Durante este tiempo visitaron numerosas ciudades como Guetaria, Zarauz, Rentería, Pamplona, Madrid, Ávila y Burgos. Se caracteriza por ser la etapa más filosófica y presimbolista.
Recorrieron el país buscando lo oscuro y lo primitivo; perseguían lo sucio, lo abandonado, lo viejo, lo pobre, lo relacionado con la muerte y la sangre (como los toros) y las ceremonias religiosas más extrañas. Visitaron los cementerios de las zonas que visitaron; todo esto con el objetivo de encontrar inspiración para sus obras y de buscar el espíritu romántico de la España de esos tiempo para luego pintar y escribir exageraciones. Destacamos una cita que añadió al relato de su compañero belga que decía: “España entera únicamente admite la alegría que hace sufrir”.
Tristemente, la España de esa época fue durante varias décadas un país pobre, atrasado y con numerosas costumbres religiosas. La sociedad era muy diversa, había gitanos, mendigos, tullidos de la guerra, ladrones… Darío utiliza todos estos rasgos como el único rostro del país; es decir, solo habla de los aspectos malos de este.
Darío se siente deslumbrado por estos lugares porque pretende encontrar el espíritu romántico dentro del atraso y de las ruinas de España; pensaba que una España modernizada hubiera sido una decepción.
Cuando el viaje terminó, Émile Verhaeren, regresó a Bélgica y publicó en una revista todas las impresiones de su viaje; estas reflexiones fueron traducidas por Darío. Y esos textos, junto con aportaciones de nuestro artista; fueron recopiladas por Darío creando el libro “La España Negra” que contenía numerosas ilustraciones xilográficas. El antecedente de este libro es una revista que escribió a la vuelta de Bruselas sobre las impresiones de sus viajes. Este libro fue publicado en 1899 en Barcelona y tuvo una enorme repercusión, tanto que influyó a numerosos artistas como la Generación del 98. Darío escribió varias opiniones personales como esta: “Esta suciedad hay que personarla; vale más taparse la nariz y seguir adelante, porque gracias a la falta de cuidado se piensa poco en demoler, menos en modernizar y jamás en restaurar; todo tiene cierta poesía para el artista; torrecillas truncadas, losas gastadas, goznes torcidos, la vejez en todo reinando siempre”.
En 1890 participa en una enorme exposición en París, donde es homenajeado, por primera vez, por su pintura por la plana mayor del modernismo.
En su estancia en París, conoce a Seurat y Signac, y experimenta la pintura divisionista.
Cuando su vida comienza a estar acomodada, con una residencia en Guipúzcoa, una mujer y seis hijos, su mujer comienza a tener graves problemas de salud. Hechos que afectan a la creatividad y pintura del artista. En estos años participa en alguna que otra exposición de arte, pero no tiene ningún éxito, lo que complica aún más las cosas.
El pintor dedicó numerosos óleos, pasteles, acuarelas y dibujos a este mismo tema de la España negra, que hasta comienzos de siglo alternó con la producción de paisajes luminosos y de técnica impresionista.
De este período destacan obras como: Noches de difuntos (1886) y Viernes Santo en Castilla (1904), son crudo simbolismo,son las obras paradigmáticas de este momento.
3. ETAPA DIVISIONISTA
Gracias a su antigua amistad con Pissarro, Darío vuelve a interesarse por el paisaje y los espacios exteriores. Viaja a París y a Bruselas, estudia la obra de grandes artistas como Seurat y Pisarro; todo esto con el objetivo de experimentar y conocer nuevas técnicas. Aquí comienza su etapa divisionista.
Las obras de este momento muestran un interés por el neoimpresionismo y el divisionismo, existiendo una preocupación por los volúmenes, el orden y la claridad. Y para terminar esta etapa, experimenta con el puntillismo; convirtiéndose en el único artista español que trabajó con esta técnica. Sus obras se caracterizaban por una preocupación por el volumen, el orden y la claridad; separación de colores en puntos concretos, vuelta a los principios clásicos de composición, es decir, el equilibrio, la proporción, la unidad…; todas ellas, características propias del Neoimpresionismo.
Al final de estampa época, utilizó ocasionalmente el puntillismo para conseguir nuevas texturas y matices diferentes en los países; con esto comenzó a introducirse en el Impresionismo.
De este periodo destacan obras como Las Redes, de 1893, es una obra maestra de este periodo, que fue breve —básicamente, entre 1892 y 1894— debido a que esta nueva técnica le impedía pintar al aire libre. Después emplearía ocasionalmente, aunque de manera parcial, el característico toque puntillista para conseguir nuevas texturas y matices de luz en sus paisajes.
ETAPA IMPRESIONISTA
Se le considera como el mayor exponente del Impresionismo en nuestro país. Regoyos investigó sobre la luz y el color de los numerosos paisajes de España.
Las propuestas impresionistas las conoció cuando viajó por Bélgica y París para completar su formación académica; pretendía expresar la impresión inmediata que produce la apariencia de las cosas. En estos años, comienza a hacer exposiciones a nivel mundial por ciudades como: Bilbao, Fráncfort, Berlín, La Haya, Venecia, Bayona, San Sebastián, Pau, Toulouse, Londres, México D.F., Burdeos, Buenos Aires…
En 1900, realiza otro viaje por España en busca de paisajes con los que inspirarse. Cuando visita las ciudades él es consciente de su popularidad y de la notoriedad de sus obras. Aquí comienza su etapa como impresionista.En esta etapa realizó numerosas pinturas sobre paisajes del País Vasco, ya prefería experimentar con la luz del Cantábrico; sus puestas de sol, sus días nublados, la luz nocturna, loa aguaceros…
Las obras de este periodo se caracterizan por la pincelada suelta y rápida, la superposición de colores, la eliminación de detalles…Intenta plasmar la apariencia inmediata de las cosas. Destacando pinturas como La Concha, nocturno; pintada en 1906, donde el artista consigue un equilibrio entre los tonos verdes, ocres, malvas, azules… efectos claramente impresionistas.
Le interesa representar un mismo lugar con distintas luces del día, como podemos apreciar en su pintura de la Plaza de Burgos, por la mañana y al atardecer, pintadas en 1906.
De este periodo destacan obras como Luz Eléctrica (1901) o La Concha, nocturno (1906).
ÚLTIMA ETAPA
Fue la etapa más corta del artista. El pintor se traslada junto a su familia a Barcelona para pasar el invierno y es allí donde le diagnosticaron cáncer de lengua y comienza a perder poco a poco el habla; pero la enfermedad no impidió que siguiera pintando. Muere en 1913, a la edad de 55 años
Aunque ya gravemente enfermo, celebró allí dos importantes exposiciones de su obra e incluso trabajó al aire libre, incorporando a su pintura el paisaje de diversas comarcas catalanas. Realizó también varias vistas urbanas de la ciudad, en la que falleció, prematuramente, un año después. El gallinero pertenece a esta etapa.
En Bélgica, se realizó un homenaje al artista con una exposición que llevó a cabo “La Libre Esthétique” y que fue dirigida por Octave Maus.
Actualmente hay numerosas calles con su nombre en ciudades como Oviedo, Ribadesella, Bilbao, Irún…
En esta etapa pinta su cuadro El Gallinero, en 1912.